Esta mañana he despertado, asustada, al leer la prensa. Digo despertado porque sentía los latidos de mi corazón tan fuertes, que todo lo anterior, como vestirme o desayunar, parece que lo he hecho sin vida.
Solo la portada me ha causado un desagradable escalofrío: dos agentes de la Ertzaintza recogiendo los cristales de un ventanal destrozado. Ventanal que un bebé de 17 meses ha atravesado después de que su madre viera cómo su compañero sentimental abusaba de la pequeña Alicia.
Reconozco que este caso me ha hecho derramar alguna lágrima de impotencia, rabia y pena. Quizá de miedo también. El hombre, de treinta años y "excelente profesor de saxofón" era a la misma vez "extremadamente reservado" según sus vecinos. Pero ¿quién podía sospechar que el hombre con el que convives es un depredador sexual?
Todo ocurrió cuando la madre de Alicia se despertó cerca de las tres de la madrugada y se encontró a su novio abusando de la pequeña indefensa. Fue de esta manera como comenzó la violenta discusión que se terminó cuando D.M arrojó a la niña a través de la cristalera. Los vecinos, "asustadísimos" llamaron hasta en veinte ocasiones al 112 y mientras esperaban a los servicios de ambulancias, "intentaron socorrerla". La madre, quien no paraba de gritar fue trasladada al hospital Txagorritxu para curarle los cortes que su pareja le había propinado. Este, custodiado por varios agentes policiales acudió al hospital Santiago y le curaron un grave corte en la ceja, fruto del forcejeo con su pareja. La niña fue trasladada al mismo hospital puesto que era el " más cercano y podría no llegar a ningún otro". Después de estabilizarla dentro de la gravedad, la han llevado a Cruces para poner a su disposición todos los cuidados que necesita y en Vitoria no pueden garantizarle.
En cuanto al agresor, cabe destacar que admitió los abusos hacia el bebé, añadiendo haberlo hecho "otras veces más". Aunque lo verdaderamente válido es si ratificará esos hechos cuando declare ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria-Gasteiz. Por otro lado, la asociación Clara Campoamor tiene previsto personarse en la causa como acusación particular, lo que sin duda dará algo de esperanza a la madre de Alicia.
Según fuentes de Osakidetza la " malherida niña llegó con el cráneo abierto y debatiéndose entre la vida y la muerte" lo que movilizó a "todo el personal médico de guardia", convirtiéndose en una de las " peores" noches que se recuerdan en el hospital Santiago.
Me es imposible imaginar lo que puede pasar por la mente de una persona que abusa de otra y que no conformándose con ese hecho tan repugnante la lanza por la ventana. Y es que hablamos de un bebé indefenso, de una madre adolescente a la que le pueden joder la vida del todo y un ser despreciable y peligroso, por llamarle algo bonito.