Cada vez que te recuerdo,
pienso en tu olor.
Cada vez que te imagino,
huelo de nuevo abrazos perfumados.
Me marché sin decirle a nadie
que me iba.
Me fui sin admitir que
te buscaría.
Me marché porque no era sano
ir tan deprisa.
Me fui porque no era humano
querer ir más despacio.
Y ahora
me sorprendo buscándote
en todos lados.
Me descuido ansiándote
a ti,
y a tus abrazos perfumados.