"Que no es culpable la rutina
de que este amor se apague en cada esquina,
que no he sabido acariciar quizá,
¿qué debo hacer para volver atrás?
No puedo amarte más,
solo amarte más".
RUTINA, la palabra odiada por escelencia. Todos caemos en ella, a pesar de querer evitarla.
Y todos caemos, porque al fin y al cabo, buscamos y deseamos lo mismo.
Cuando lo encontramos, ¿qué queda?
No habrá sorpresas.
La monotonía se apoderará de nuestras vidas.
No habrá que luchar. Nada que ganar, nada que perder.
Pero no nos engañemos, la rutina no tiene la culpa de que se rompa el amor, los culpables quizá hemos sido tú y yo,que no hemos sabido querernos.
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