miércoles, 31 de julio de 2013

'Cierra los ojos'.

PRIMER CAPÍTULO :
    Martina cierra los ojos. No quiere sentir la realidad, ni oírla. Tampoco olerla.
Desde el último duro golpe que le ha dado la vida, a duras penas consigue levantarse de la cama. Esa cama de sábanas desgastadas, llenas de mierda.
Cada día que pasa se siente más desgraciada por no saber convivir junto a la soledad. Y claro, no es de extrañar, porque que te abandone tu pareja desapareciendo sin ninguna explicación, no se debe superar fácilmente.
Raquel era una joven inexperta en el sexo entre mujeres, pero Martina, que le dobla la edad, le enseñó lo suficiente para que no tuviera que echar de menos a ningún hombre. Y así fue. Raquel se interesó en las mujeres en general, y en Martina en particular, que renegó del placer que le propinaban los hombres.
La suya fue la típica relación repleta de carantoñas, sexo...Y discusiones. Discusiones que siempre comenzaban por las inseguridades de Martina, rubia, alta y delgada; inteligente, madura y responsable, que -increíblemente- se sentía pequeña al lado de su jovencísima novia.
Una madrugada, en la que solo se podían escuchar las tímidas olas del mar, la estudiante de bachiller y su profesora de Filosofía tenían ganas de jugar. Llegaron a la playa, se desnudaron y corrieron a meterse en el mar. Estaban felices y reían alto; tanto que sus carcajadas llegaban hasta las casas de al lado.
La intimidad de la solitaria playa desapareció. Poco a poco se podían ver luces en las casas, personas asomadas en las ventanas, asustadas y enfadadas porque dos locas habían despertado a medio vecindario.
Raquel se puso muy agresiva cuando los vecinos bajaron a la playa. Les robaron la ropa, las llaves, incluso la cartera. Martina y ella se quedaron sin nada, tiradas en la playa, a escasas horas del amanecer.

jueves, 25 de julio de 2013

Razones.

'Tengo razones para buscarte.
Tengo necesidad de verte, oírte, de hablarte.
Tengo razones para esperarte porque no creo que haya en el mundo nadie más a quien ame.
Tengo razones, razones de sobra para pedirle al viento que vuelvas aunque sea como una sombra.
Tengo razones para no quererte olvidar porque el trocito de felicidad fuiste tú quien me lo dio a probar"
Hoy ha sido un trágico día para todos nosotros, ciudadanos de un lugar llamado MUNDO. Somos compañeros, deberíamos respetarnos y ayudarnos en momentos tan complicados como el de perder a ochenta personas. Personas con ilusión de vivir, pero que un desafortunado accidente no dejará que lo hagan.
Todo aquel que pierde a un ser querido de la manera más inesperada se habrá solidarizado con esta maldita situación.
La vida no es justa. Si lo fuera no pasarían estas cosas. Si alguien me pudiera explicar...
¿Por qué no volverán a respirar esas ochenta personas?
¿Por qué se han tenido que ir sin despedirse? Sin decir "adiós", un "te quiero" entrecortado o el último GRAN beso a la persona que les esperaba al otro lado del andén.
Las víctimas mortales han dejado de sufrir, pero sus familiares difícilmente podrán adornar sus caras con sonrisas.
Las demás víctimas, ingresadas en hospitales, deben luchar por seguir adelante, con el apoyo de todas las personas que tengan sentido común.
No podemos saber lo que la vida, Dios (para los que después de esto todavía sigan creyendo) o el DESTINO nos depara, por eso debemos mostrarnos solidarios, comprensivos y afectados, tal y como estamos, para que nadie se sienta solo ante esta situación.
Es un honor saber que cientos de personas han donado sangre, médicos en paro han ayudado trabajando codo a codo con bomberos en huelga.
Miles de ciudadanos nos hemos conmovido con la noticia, las imágenes, los gritos desesperantes de esa madre que ha perdido a su hijo, o de ese joven que esperaba con ilusión a que su novia llegara.
Desde aquí, miro al cielo con intención de buscar alguna estrella, donde poder pedir protección a esas personas que hoy han abandonado nuestro mundo.

martes, 9 de julio de 2013

Querida hermana.

Siempre se me hace difícil escribir sobre las personas a las que más quiero, pero la ocasión lo merece.

Mi hermana lo es todo para mí. Puede que no nos besemos todos los días y que tampoco nos digamos 'te quiero'.
Puede que discutamos con frecuencia, y que nos piquemos por momentos.

¿Sabéis lo bonito que es tener telepatía con alguien?
Con solo mirarnos nos entendemos.

Ahora echo de menos las horas que pasamos todos los días una al lado de la otra.
Espero con ansia el momento de volver a verlos, para poder pasear mis lagrimitas de felicidad. Esas que cada vez son más frecuentes,acompañadas de carcajadas y sonrisas.

La verdad es que la echo muchísimo de menos. A ella, y a los dos hombrecitos que la acompañan.

Querida hermana, espero que hayas disfrutado mucho. No te sientas sola, porque nosotros estamos contigo, y aunque no hayas estado para soplar a la tarta, te hemos tenido presente.

Te quiere, tu hermanita...

domingo, 7 de julio de 2013

Vacía.

Así es como me siento: vacía. Solo han pasado nueve horas desde que le vi partir, y ya le echo de menos.

Ha sido la despedida más bonita y dolorosa de los últimos años. Aunque me haya dicho que me quiere y que soy la tía más guapa del mundo, no ha conseguido hacerme sonreír. Unas lágrimas se han paseado por mis mejillas, y él le preguntaba a su madre, que por qué estaba triste, si se van a la playa.

Un niño de tres años no entiende que su tía, la que le cuida noche y día, llore porque se va de viaje.
Yo, al igual que él, no me entiendo. No comprendo que sea tan dependiente de su sonrisa; tan dependiente de sus 'culo gordo' ,'tonta', 'tia-amatxo', 'prexioxa'...

Me hace inmensamente feliz tener el cariño del ser más maravilloso del mundo, que apareció en mi vida para levantarme todos los días de la cama y dejar de esconderme en el camarote, para evitar ir a la escuela.

Os sonará cursi, pero...
Me hace sonreír. Reír a carcajadas. Llorar de felicidad y algunas veces de impotencia. Hace que me enfade por segundos, y que sea feliz por horas. Me besa, me abraza, me muerde y acaricia.

Es el hombrecito de mi vida, el que le da sentido a todo lo que hago.
Soy como soy porque mi deseo es que cuando sea lo suficientemente mayor como para entender las cosas, esté orgulloso de su madrina, su tía, su protectora, su todo.

Eso es lo que quiero; ser para él, lo que es para mí.
No me importa admitir que dependo de él, que me siento pequeña y vacía si no le tengo paseando de mi mano.

Es un amor incondicional, para toda la vida.
¿Y qué más me da sentirme vacía por unos días, si cuando vuelva me sentiré la mujer más feliz del mundo entero?

Vacía.Sí,vacía hasta que vuelva.