Viento frío y algunas tímidas gotas de lluvia para recordarme que el invierno está llegando.
Me gusta abrir la ventana y ser la primera en saludar a la luna. Preparo café, inundo la casa con su olor y me siento, arropada con mi manta, en el sillón que tanto me relaja.
En realidad añoro todo eso, porque este invierno no podré vivir esos momentos. Aquí no está mi sillón, ni mi manta, ni el olor de mi hogar.
Pero bueno, siempre me quedará el viento y la lluvia, para recordae, que estoy cerca.
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