Manolo García lo dice en una de sus canciones, ¡es mejor sentir que pensar! Yo, sin embargo, imagino que como el resto de los mortales pienso y luego actúo (la mayoría de las veces). La verdad es que no es la mejor filosofía de vida pero sí, la que más seguridad y confianza me da. Por supuesto intento, poquito a poco, dejar los pros y contras atrás, no adelantar acontecimientos, no sacar conclusiones en vano...
Una vez alguien me dijo que yo era una chica calculadora y controladora, algo que como imaginaréis me ofendió muchísimo y me dolió tanto que me levanté de donde estaba, di un portazo y me fui a llorar a una esquina. Literalmente.
A - LLO- RAR- A- U- NA- ES - QUI- NA.
Recuerdo perfectamente aquel dia y creo que en el fondo, aquella persona tenía algo de razón. Yo no soy ni seré la persona más alocada, extrovertida, atrevida e impulsiva del mundo. Ni siquiera lo quiero. Admito que soy muy reflexiva, que me gusta tenerlo todo bajo control (hasta lo que no está en mis manos), soy muy concienzuda y me gusta hacer lo que creo que está bien, o al menos lo más correcto. Así que si a esto se le llama ser calculadora y controladora, sí, lo soy.
Hoy no vengo, aunque parezca mentira, a describir mi personalidad ni mucho menos. Simplemente me gustaría que reflexionaráis sobre vuestro comportamiento pues no creo que guiarse por el corazón sea la mejor opción. Y por supuesto tampoco lo es guiarse por la razón. Hay que encontrar un equilibrio entre razón y corazón, ese es mi objetivo. Porque no sé si lo sabréis pero...mi color preferido es el gris. Ni el azul, ni el rosa. Ni siquiera el morado. Ni blanco, ni negro.
GRIS.
Por cierto, tenéis que escuchar esta canción. Es parte imprescindible de la banda sonora de mi vida, es el artista favorito de mi padre y mi infancia suena así: