Necesito que sepas que yo te dejé antes de comenzar este nuevo curso en la universidad y lo hice con el simple propósito de investigar cuánto me querías. Ahora mismo supongo que estarás alucinando pero la mujer que tienes a tu lado te agarrará de la mano y el dolor se calmará.
Os he metido a todos en un gran lío, en un laberinto sin salida. Creí que lo tenía todo bajo control, bien planificado y me equivoqué. Ignoré el hecho de que tus sentimientos no los podría mantener controlados ni con servilletas, ni con cartas, ni con camareros extraños. Tampoco lo lograría con Luz, LA SEÑORA con mayúsculas, quien permanecerá a tu lado hasta que tú quieras.
Volviendo al pasado, a lo que no recuerdas, te prometo que no pude pararlo a tiempo y por ello te pido disculpas. Desconfié de ti y de tu amor por mí. Jamás me imaginé que me quisieras tanto como has demostrado a lo largo de nuestra relación. Me has querido demasiado, lo sabes. Yo sentía que te amaba pero ahora sé que al hacerte todo esto, lo mío no es amor. Es solo desconfianza, celos y locura. Si no, ¿por qué planificaría algo que solo te causara dolor? Escribí dos cartas para ti y nunca imaginé que fueras a leer las dos, ¡me rompiste los esquemas! Si te hubieras rendido en la primera carta me hubiese enzarzado contigo en una de esas discusiones que terminan con portazo. Si hubieras seguido hasta el último punto del casi infinito, por el contrario, me disculparía contigo e intentaría dormir contigo esa noche.
Nada de eso ocurrió. Todas las palabras que te escribí son mentira, excepto estas. Mediante este texto intento que entiendas que lo que te he hecho ha sido fruto de mi inseguridad y quizá por malicia. Mi cabeza necesitaba saber cuánto me amabas, cuánto aguantarías por mí, en qué momento te darías por vencido... Es incomprensible, lo sé. Me tendría que bastar con nuestros dulces despertares, con los momentos en aquel viejo colchón, pero no ha sido así.
Nunca es suficiente para mí.
Eres perfecto y sé que jamás encontraré a alguien tan bueno como tú. Eres único y yo, para tu tranquilidad, también. Jamás te cruzarás con una loca como yo. Nadie tiene que poner a prueba a la persona que tiene a su lado y yo lo he hecho. Nadie tiene que controlar tus pasos como yo intenté hacerlo. Nadie,Luca. Nadie.
Solo espero que esta carta te haga abrir los ojos: amas demasiado. Ámate a ti mismo.
Hasta nunca, Luca. Que tú me olvides solo SERÁ CUESTIÓN DE VERANOS, cariño.
P.D: Ámate y olvídame.
-Luca, ¿estás bien? -me preguntó una señora a la que no conozco-. ¿Luca?
-¿Supongo que usted será la señora de la que Zaida trata aquí, verdad? -le consulté mostrándole las páginas que agarraba entre las dos manos-.
-Sí, cariño. Soy Luz.
-Luz...-repetí intentado recordarla-.
-Es la primera vez que conoces mi nombre, no te preocupes si no recuerdas el momento en que me conociste porque jamás te conté que me llamo Luz.
-Ah vale- respondí sin entender nada-. Esto es una ruptura, ¿no? Zaida me ha dejado, otra vez. No recuerdo la primera pero esta se me ha clavado en el corazón.
De pronto la señora comenzó a leer la carta en voz alta y según pronunciaba una palabra tras otra, mi memoria se puso en marcha. Cantidad de imágines se apoderaban de mí; imáganes en las que me veía a mí mismo recorrer calles desconocidas, entrar en bares desconocidos y charlas con gente...desconocida. Todas esas imágenes resultaron ser pinceladas de recuerdos que poco a poco completaban la historia que Zaida compuso para mí.
-¡Espere! -le interrumpí-. Estoy recordando el sabor del café que usted me preparó en alguna ocasión.
Asintió sonriente.
-También recuerdo que me animó a seguir buscando a Zaida, -agachó la cabeza- no le guardo rencor. ¿Y sabe qué? -respiré hondo-. Me alegro de que Zaida haya roto esta mentira en la que estaba sumergido. Me ha dejado como a una colilla pisoteada en el frío asfalto pero saldré adelante. Me agrada que haya salido la verdadera Zaida, quien puede ser demasiado malvada y desconfiada. No le deseo nada malo, de hecho mentiría si te dijera que ya no la amo pero nadie se merece el infierno que ella me preparó, por antojo. Sé que lograré olvidarme de ella, será cuestión de veranos.
P.D: En una relación cuando hay más dolor que amor, todo falla. Si una relación significa control, desconfianza, mentiras y celos...Ya no es amor. Tampoco lo es lo que siente alguien que roza la locura de Zaida, pobre desgraciada; a pesar de su belleza, carisma y conseguir que el hombre más bondadoso del planeta se despertara junto a ella, no fue capaz de amar verdaderamente.
Gracias a todas las personas que me seguís en cada post.
Gracias por seguir esta historia.
Y siento no haber terminado "felizmente" este relato de (escaso) amor.
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