lunes, 2 de enero de 2017

Necesito que sepas esto:



Afronto este nuevo año con mucha más ilusión y positividad que el anterior. Tenía tantas y tantas ganas de despedir al 2016 que en vez de 12 uvas tomé 14, por si acaso. Y es que durante estos doce meses han ocurrido demasiadas cosas.

De todo lo que he vivido lo más duro, sin duda alguna, ha sido ayudar a mis padres a escribir su curriculum. Puede que no os parezca demasiado tremendo pero aseguro que ver cómo tu propia familia se queda sin trabajo en cuestión de tres semanas es duro. Sin entrar en detalles ni en explicaciones de cómo son tratados los autónomos en España puedo decir que lo único que he deseado siempre es que mi padre y mi madre trabajaran, por fin, para otros. Sin embargo en el brindis no pedí ese deseo, porque ya se me ha cumplido. Mi padre con 57 años y mi madre con dos menos terminan el año con trabajo y con el orgullo de haberlo conseguido por sí solos.

Con esto he aprendido mucho y es de lo que vengo a hablaros. No existe nada más importante que apoyar el peso de tu cuerpo en las rodillas y con ayuda de los brazos levantarte una y otra vez, tantas como te caigas. Por supuesto que hemos llorado y gritado. Incluso nos hemos sentido desgraciados. Te llegas a plantear si los problemas que tienes te los mereces o te los has buscado. Son dudas por la presión y por el miedo, que siempre aparecen cuando menos lo necesitas. Pero si de algo estoy orgullosa es de que por fin le he cogido sentido a eso que nos decían cuando éramos pequeños, "todo esfuerzo tiene su recompensa", "si lo intentas lo conseguirás" y un largo etcétera de frases comodín. Son reales, de verdad. Si solo te permites tres días para llorar y en el resto de momentos intentas sacar las fuerzas hasta de donde no existan, te aseguro que lograrás lo que te propongas. Yo pienso hacerlo en cada caida, porque doy por hecho que este año también perderé el equilibrio por meterme en caminos con piedras.

Pero, ¿qué aprenderíamos sin caídas y tropezones? 

Está claro que no tenemos nada seguro, ni el trabajo, ni el dinero, ni la salud. Lo único verdadero y duradero es la familia, esos lazos son indestructibles y en ocasiones como estas todo se refuerza. 

No seais como yo: es innecesario esperar a que ocurra algo grave para demostrarle a tus padres que siempre vas a estar ahí, para lo que haga falta, como bien te han enseñado ellos. Necesito que sepas esto.


Ahora sí, feliz año 2017.



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