miércoles, 15 de enero de 2014

"No hay nada más progresista que defender la vida".



Adoro a Sócrates y su famosa frase "yo sólo sé que no sé nada". Me siento totalmente identificada con esas palabras, porque a medida que van pasando los días, mi conocimiento se ve reducido. No hablo de matemáticas, la ciencia que no estudio hace años. No hablo de física ni química. Tampoco de ortografía. Hablo de los seres humanos, del respeto, de la honestidad. Hablo de la ignorancia, de los derechos. Me refiero a la mujer y al hombre. Hablo de España.

España es un país donde viven más de 47 millones de personas con las que el Gobierno y sus componentes juegan y se divierten. Y es que claro, hay que comprender a Rajoy, "el presi", porque ha vuelto a su niñez. Se cree poderoso, nos mira desde arriba. Para él solo somos números en rojo, restos de basura amontonada en las colas del paro y rebeldes (que se dedican a quemar basuras y golpear a policías) en las calles. Vamos, molestias varias. 

Digo eso de que "yo sólo sé que no sé nada" porque en mi vida me imaginaba que un hombre pudiera hacerlo todo tan mal. Podéis llamarme ilusa, pero admito que todavía hoy se me hace impensable que millones de personas fueran tan ignorantes de apoyar a alguien como él. Pobrecillo, la culpa de ser tan arcaico no la tiene él. La culpa es de la historia que (se supone) que hay que conservarla y defenderla tal y como era en el pasado. ¿No sabéis a qué me refiero? 

Me refiero a que las mujeres tenemos que ser sumisas y dedicarnos a traer hijos al mundo que quizá no queramos. Sí chicas, sí... Me temo que tendremos que ir todos los domingos a misa y que obviamente nos casaremos en la casa del Señor este que nos espera en el cielo. Me temo que tendremos que asumir el pequeño riesgo de infectarnos con cualquier enfermedad de transmisión sexual porque los preservativos son pecado. Y ni hablar de las píldoras del día después. Ni lo penséis. Todas a tener hijos, que tenemos un Señor en el cielo y otro señor en el Gobierno que defienden los derechos de los seres humanos, que tienen la Sanidad y Educación entre algodones de azúcar y que ante todo hacen que todo el mundo se sienta orgullosos de ellos.

P.D: Ojalá la madre de alguien hubiera abortado. ¡Ah no, no! Que según dice Ana Botella "no hay nada más progresista que defender la vida".

lunes, 13 de enero de 2014

Reflexiones de un 13 de enero.


"And all these words they come too late.
 You could never compensate for this pain.
 I should've said it all when I was close to you".


Es trece de enero, lunes. Esto ya se está terminando y cada vez estamos más cerca de cerrar los ojos y comenzar a soñar. No quiero. Me da miedo quedarme dormida y seguir soñando contigo, conmigo y aquel uno de enero. 

Siempre recordaré esa noche como una batalla. Batalla perdida, pero batalla al fin y al cabo. O lección de vida, podemos llamarlo así también. A mí me enseñaron a no tener miedo, a ser consecuente con lo siento, y así lo hice. Aunque pude haberlo hecho mejor, y decirte que todavía te quiero, no estuvo del todo mal el hecho de reconocer que en algún momento de mi vida lo hice. No me atreví a pronunciar esas malditas palabras, pero a pesar del frío, del movimiento inquieto de mi pierna izquierda y tu cara de asombro, sé que lo pudiste sentir en mis ojos.

Puede que penséis que no sirviera de mucho que me abriera en canal, y que siga aquí sin él, pero os aseguro que es la mejor sensación que he experimentado nunca. Notar que las palabras salen por sí solas, sin pensarlas. Tomarte de la mano y aguantándote la mirada recordar lo feliz que me hiciste hace un año. Ese momento no lo cambio por nada. 

Tengo una manera muy particular de luchar por alguien, lo sé. Cuando todo está perdido, cuando su mirada ya no me desnuda, cuando besa otros labios que no son los míos, entonces es cuando reacciono. Tarde y mal, lo admito. Pero reacciono. 

Ahora que han pasado unos días y todos los sentimientos han sido expulsados, solo me queda decir que sé que aquellas palabras te llegaron tarde. Y sé que tenía que habértelas dicho cuando eras tú quien estaba a mi lado, esperando escucharlas.

viernes, 3 de enero de 2014

Ya no queda nada.

"No hace falta que me quites la mirada para que entienda que ya no queda nada".

Algunos dicen que el destino baraja las cartas y nosotros jugamos con ellas. Otros creen, en cambio, que cada persona elige su camino sin que exista ninguna fuerza mayor que le incite a hacerlo.

Yo creo en la primera. Creo en el libro titulado 'Destino'. Creo que la casualidad no tiene sitio en el mundo, o por lo menos en el mío. ¿Por qué si no, por mucho que te evite, mi mirada se encuentra con la tuya?

Hay preguntas que se quedarán sin respuesta. Solo debemos interpretar la señales que nos regala la vida. Como por ejemplo,
que se te borren todos los números de teléfono menos el suyo. O que el semáforo que nunca se te pone en rojo lo haga por primera vez cuando él cruce delante de ti. Estas situaciones dan que pensar. Mucho. Muchísimo.

Pero no os confundáis: el juego llega a un punto en que se acaba. Pone fin, sin dar explicaciones. Y tú te quedas ahí, lamentándote por no haber seguido las señales en su debido momento.

Y claro, ya no queda nada.

jueves, 2 de enero de 2014

La última página.

Últimamente me estoy acostumbrando a hacer las cosas fuera de tiempo. Cuando ya no tienen sentido, como este texto. Han pasado dos días desde que despedí al 2013, y sin embargo, es hoy y ahora cuando me apetece escribir sobre ello.

Uno de mis propósitos es conseguir la positividad permanente en mi personalidad. Lo estoy intentado, y se nota. Se nota porque solo voy a recordar los buenos momentos y las buenas personas. Nada más. Pero claro, para que esto sea efectivo tengo que olvidar lo malo. Imposible. No tengo esa capacidad. Bueno, solo me queda superarlo. ¡Allá vamos!

Las personas que no han estado conmigo a lo largo del 2013, obviamente tampoco lo estarán en este. Tema zanjado.

Las personas que he conocido a lo largo del 2013, solo deciros una cosa: gracias. Gracias por traer aire fresco. Gracias por añadir nuevos nombres en mi agenda. Y ante todo, gracias por almacenar
mejores recuerdos.

Las personas que seguís a mi lado desde siempre lo sabéis... Me tendréis que aguantar año tras año, porque lo verdadero nunca muere.

Agradecimientos terminados, solo me queda un arrepentimiento. El más grande y doloroso, el que lleva nombre de "hombre". Eres lo peor que me ha pasado. Y como dice la graciosísima frase "no eres tú, soy yo". La tonta de mí prefirió no arriesgar, y me quedé durmiendo contigo mientras soñaba con otro. La mala soy yo, lo sé. El miedo no dejó que actuara con el corazón. Y te pido perdón. A ti, y a él.

A los que me seguís leyendo como el primer día, GRACIAS. Solo conozco los nombres de algunos, pero sé que existís muchos más. Este blog no es mío, es nuestro. Porque lo que escribo solo cobra sentido cuando alguien lo lee, que no se os olvide.