Últimamente me estoy acostumbrando a hacer las cosas fuera de tiempo. Cuando ya no tienen sentido, como este texto. Han pasado dos días desde que despedí al 2013, y sin embargo, es hoy y ahora cuando me apetece escribir sobre ello.
Uno de mis propósitos es conseguir la positividad permanente en mi personalidad. Lo estoy intentado, y se nota. Se nota porque solo voy a recordar los buenos momentos y las buenas personas. Nada más. Pero claro, para que esto sea efectivo tengo que olvidar lo malo. Imposible. No tengo esa capacidad. Bueno, solo me queda superarlo. ¡Allá vamos!
Las personas que no han estado conmigo a lo largo del 2013, obviamente tampoco lo estarán en este. Tema zanjado.
Las personas que he conocido a lo largo del 2013, solo deciros una cosa: gracias. Gracias por traer aire fresco. Gracias por añadir nuevos nombres en mi agenda. Y ante todo, gracias por almacenar
mejores recuerdos.
Las personas que seguís a mi lado desde siempre lo sabéis... Me tendréis que aguantar año tras año, porque lo verdadero nunca muere.
Agradecimientos terminados, solo me queda un arrepentimiento. El más grande y doloroso, el que lleva nombre de "hombre". Eres lo peor que me ha pasado. Y como dice la graciosísima frase "no eres tú, soy yo". La tonta de mí prefirió no arriesgar, y me quedé durmiendo contigo mientras soñaba con otro. La mala soy yo, lo sé. El miedo no dejó que actuara con el corazón. Y te pido perdón. A ti, y a él.
A los que me seguís leyendo como el primer día, GRACIAS. Solo conozco los nombres de algunos, pero sé que existís muchos más. Este blog no es mío, es nuestro. Porque lo que escribo solo cobra sentido cuando alguien lo lee, que no se os olvide.
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