lunes, 27 de febrero de 2017

La izquierda como punto de partida





El 26 de junio fue un día decisivo para Isabel G., Pilar B. y Leizuri E. . Como todos los domingos quedaron para desayunar en una cafetería sin saber que aquel día iba a ser especial. Pilar y Leizuri, hija y nieta de  Isabel respectivamente, desconocían lo que ella les iba a contar. "Les dije que no iba a votar y que no intentaran convencerme", recuerda la señora mientras vierte la sacarina en el café. "Yo le pregunté si estaba loca", admite su nieta con el rostro serio. Pilar con intención de calmar los ánimos explica que su madre siempre ha sido una persona "muy comprometida" con la política y que les cayó como un "jarro de agua fría" que tomara la decisión de "desaprovechar" su derecho a voto.

Mientras toman café y prueban la nueva tarta de queso del establecimiento, Isabel comienza a explicar las razones por las que decidió, a sus 80 años, no dar su voto a ningún partido político: "Engañada y enfadada no tuve valor de ir a votar a mi partido". Avergonzada por el pacto que el PSOE firmó con Ciudadanos se "negó en rotundo" a darles una segunda oportunidad. "No miraron al pueblo. Me dio la sensación de que lo
único importante era alcanzar el poder y eso no me gusta", añade Isabel. "Toda la vida luchando por unos valores y principios dignos y se venden por un estrechón de manos", sentencia la señora cruzándose de brazos. 

"Yo sí que fui", interrumpe Leizuri. "Contenta y feliz". Su madre y su abuela le inculcaron desde bien pequeña algunos conocimientos básicos sobre el funcionamiento de la política del país y ella, a sus 27 años, metió la papeleta de Unidos Podemos en el sobre. "Es obvio que es la única formación con opciones de ganar al Partido Popular", explica con soltura. "Los cambios se están produciendo más despacio de lo que esperaba pero estoy segura de que llegaremos al poder y cambiaremos este país, de arriba a abajo".

Leizuri es la ilusión y la positividad personificada. Su abuela Isabel lo ve todo "más negro" y aunque tiene mucha confianza en las nuevas formaciones cree que se están "patinando". Pilar, se encuentra en un punto muerto pero fiel a sus principios sigue apostando por Izquierda Unida: "Es el único partido verdaderamente feminista, ecologista y republicano que hay en España", recuerda. "Sé que la situación está bloqueada y que no llegará a ser el próximo partido del Gobierno pero les seguiré votando porque necesito que estén ocupando sillones para dar voz a quienes no la tienen". Pilar admira la coherencia y honestidad con la que se caracteriza Alberto Garzón. 

"Cuando yo era más joven que mi nieta, a mí no me paraba ni mi padre ni mi marido", recuerda Isabel con orgullo. "Ahora ya soy vieja y tengo que dejar paso a las demás. Mira mi hija, fiel a sus ideales y mi nieta es como un huracán", dice mientras se ríe. Pilar explica que vivió con mucho miedo las reuniones secretas a las que acudía en Vitoria-Gasteiz junto a más jóvenes en los ochenta: "Lo hacíamos todo en absoluta discreción porque no queríamos correr riesgos". En aquellos encuentros ideaban planes como manifestaciones y concentraciones para protestar "casi por cualquier cosa". Se sentía "viva, poderosa y feliz". Aquellos años fueron decisivos para la formación de Izquierda Unida que se legalizó en noviembre de 1992: "Leizuri tenía solo cuatro añitos pero mi marido y yo decidimos festejarlo en un bar del barrio junto a nuestras amistades y recuerdo aquel día como uno de los más felices de mi vida".

Leizuri, que no recuerda aquellos acontecimientos, se suma a la conversación presumiendo que ella ha vivido el "resurgimiento" de nuevas ideas. "Lo que estamos viviendo es la hostia, por fin tenemos una cara B al plan que tienen los de traje y corbata", le dice a su abuela esperando una respuesta. "No hace falta tener el pelo largo e ir con una camisa arrugada para parecer menos político", le espeta. Otro debate. Otra pequeña tensión. Pilar suspira, acostumbrada a las pequeñas riñas entre la más joven y la más mayor del clan.
Con el café ya frío y la tarta de queso casi intacta, terminan la conversación entre risas y miradas cómplices, sin que el PSOE sepa que ha perdido una fiel votante, sin que Alberto Garzón conozca a su fan incondicional y sin que Unidos Podemos esté capitaneado por Leizuri. “De momento”, adelanta su orgullosa abuela.

lunes, 20 de febrero de 2017

Pau Donés, lección de vida y muerte


Ayer se publicó la última entrevista que Pau Donés, cantante de Jarabe de Palo, concedió a XL Semanal. Jamás en la vida me había emocionado tanto una entrevista en prensa escrita pues es obvio que al no escuchar la voz de quien habla, ni verle la cara cuesta más que el mensaje llegue. Sin embargo, Pau Donés consiguió que sus palabras llegarán hasta el corazón de muchos lectores. Entre ellos, el mío.

Si todavía no habéis escuchado su nueva canción titulada 'Humo' estáis tardando. Eso sí, debo avisaros de que es la canción más triste que he escuchado en mi vida. Y es que yo, como él, "disfruto con la tristeza y con la melancolía, no con la pena". 


En un año y medio le ha cambiado la vida, dice ser feliz, por fin. Y qué manera más loca de serlo, "gracias al cáncer". En el verano del 2015 le dieron dos malas noticias: cáncer de colón y metástasis en el hígado. En total le extirpan trece tumores. Lejos de rendirse, tomó la decisión de versionar viejas canciones, componer 'Humo' y escribir su biografía, que se publica mañana. 

Hace un mes, en enero, le volvieron a intervenir para extirpar otros tres tumores en el intestino pero él no deja de batallar. De hecho, el tres de mayo comienza su esperada gira. Derrocha ilusión, ganas de vivir y fuerza en cada una de sus palabras pero es consciente de que solo el 20% de los enfermos consiguen vivir más de cinco años: "No tengo miedo a morirme. Yo sé que llevo la muerte encima. La muerte a mí no me ronda, la llevo dentro, conmigo. Tengo un gen que ha mutado y que provoca tumores". Así de claro fue el cantante durante toda la entrevista provocando en mí algún que otro escalofrío. 

Pau Donés es el claro ejemplo de las personas que en cierta manera se sienten agradecidas al cáncer por hacerles abrir los ojos: "El cáncer me ha hecho muy feliz porque me estaba perdiendo muchas cosas de la vida. A mi hija. Yo estaba metido en una bola e iba a toda hostia en una tabla de surf encima de la ola. Entonces, me caí. En los últimos ocho años ha habido muchos conciertos, muchos discos, me iba de cojones… Pero, tío, ¿y tu vida? Esta hostia que me ha dado el cáncer me ha hecho volver a la vida". 

El cantante se ha empeñado en normalizar el cáncer, en que hablar del tema no sea un trauma para nadie y honestamente creo que está dando pasos para que se consiga su deseo. Gracias a él podemos conocer que por muy famoso que seas, tengas dinero o no lo tengas, seas cantante o panadero, a todas las personas nos preocupan los mismos temas: la vida y la muerte, entre otros. 

En diciembre de 2015 posó desnudo para la revista Dominical si queréis ver un vídeo donde explica algo más de su experiencia, aquí.


Solo me queda decir que personas como Pau Donés, que son parte indiscutible de la banda sonora de muchas vidas, se merecen seguir viviendo siempre. Y como le dijo la periodista Virginia Drake, "Pau, cuídate y no te mueras nunca". 

lunes, 13 de febrero de 2017

¿Quién dijo miedo?


Yo. Yo dije miedo y lo sigo diciendo.
Y sintiendo.

El miedo es ese compañero de viaje inseparable y a la vez prescindible. ¡Vaya paradoja!

Miedo a la oscuridad.
Miedo a quedarme sola.
Miedo al fracaso.
A la decepción.
Al engaño.

Miedo, en definitiva.

Desconozco si algún día dejará de temblarme la voz al hablar frente a cuarenta personas.

No sé si algún día dejarán de temblarme las piernas antes de un examen.

Lo desconozco y me da miedo. Sí, miedo.

No sé si podré desprenderme de él pero estoy segura de que aprenderé a convivir a su lado.

Juntos, de la mano.
Como los lunares que adornan mi piel.
Como alguna cana que se esconde entre mis rizos.

Lo conseguiré. Estoy segura.

El miedo no es malo, solo quiere que nos esforcemos en cada uno de los pasos que damos. En cada suspiro. Debemos sacar lo mejor de nosotras mismas.

El miedo no quiere que nos conformemos. Ni que nos relajemos.

Hagámosle caso: ponte miedos y quítatelos. Mientras vayas superándolos sentirás eso que algunos llaman SATISFACCIÓN.

Y así es como yo quiero despedirme hoy, satisfecha de hacer públicas estas líneas y vencer el miedo a reconocer que tengo miedo.

Sí, miedo.

sábado, 4 de febrero de 2017

Y tú, ¿de qué disfrutas?

Siento que empiezo una nueva página del libro que lleva mi historia escrita. Siento que cambio de línea, de párrafo, de capítulo. Siento, sobre todo, que cambio el rumbo de la trama. Que se da un giro de 180 grados.

Y lo disfruto.

Disfruto leyendo un viejo poemario sentada en el suelo de mi nuevo piso.
Disfruto explicando el sentido de esas palabras a quien entrena con cuerdas y pesas a escasos metros de mí. Un viejo amigo, mi nuevo compañero de piso.

Días y noches enteras sin wifi.
Y lo disfruto.
Disfruto sentada en una vieja butaca, nueva para mí, mientras pienso en lo bien que sienta cumplir promesas.
Disfruto de películas que jamás vería. De las conversaciones que jamás tendría.
Pero las veo, y las tengo.
Y las disfruto.

Siento que el rumbo de la historia cobra, por fin, algo de sentido. Que para valorar lo mejor hay que probar lo peor, y lo disfruto.

Disfruto también de mis rarezas, que ya no me avergüenzan.
De mis manías, que son más de las que yo imaginaba.

Disfruto.
Y tú, ¿de qué disfrutas?