martes, 11 de febrero de 2014

Estoy cerca de ti.



Hace dos años que te convertiste en una persona imprescindible en mi vida y te has ganado ese título por estar siempre a mi lado, intentando sacarme una sonrisa. Eres muy especial para mí, porque aunque nos conociéramos de cruzar alguna que otra mirada, nunca pensaba en que tú y yo pudiéramos llegar a mantener una conversación. 

Somos polos opuestos y puede que por eso nos entendamos a la perfección. Es increíble que las palabras no sean necesarias para entendernos. Con mirarnos, sobra. Es increíble que en los momentos más inoportunos nos pongamos a reír y que no me importe nada más que eso, verte reflejada en mí; riendo, disfrutando.

De todos los momentos que he pasado contigo, no recuerdo ninguno en en el que las risas no tengan lugar. Y te lo agradezco muchísimo. Eres de las pocas personas que me hacen reír a carcajadas, y además siempre que te necesito estás dispuesta a escucharme y ayudarme. 

Te echo mucho de menos, porque al llegar a clase por las mañanas no hay nadie que me dé los buenos días como tú lo hacías. Tú un beso y yo una palmada en el culo. 
Te echo mucho de menos, porque me pasaría la vida comiendo y cenando contigo, no me sirve hacerlo solo los viernes.

¿Pero sabes qué es lo más importante? Que aunque nosotras no empezáramos con buen pie, dos años más tarde me encuentro felicitándote el cumpleaños de la manera más bonita que se me ha ocurrido, para que me sientas cerca de ti. Eres y seguirás siendo mi cari, una de mis mejores amigas, porque por fin encontré la pieza que me faltaba, y no la pienso perder.

Te quiero mucho cari, ZORIONAK!!! 

miércoles, 5 de febrero de 2014

Idiota.



Es echar la vista atrás y desesperarme. 
Es ver caras, sonrisas y miradas. 
Es oír nombres, voces y carcajadas y derrumbarme.
Es darme cuenta de la cantidad de trenes que he dejado escapar quedándome sola en la misma estación, que me siento idiota. 

Idiota por no saber afrontar la situación, por ir de fuerte y mujer sin corazón, hasta que te pegas la hostia.
Idiota por dar segundas oportunidades a quien no se las merece, y no dar ni una sola a alguien que intenta romper tu coraza para que te sientas bien. 
Sí, idiota. 

Después de cometer errores llega el arrepentimiento, y pasada esa fase, ahora llega la impotencia y desesperación por no tener el poder de controlarlo todo. Por no tener el poder de retroceder en el tiempo y comprobar qué hubiera pasado habiéndolo hecho de otra manera. Ya todo da igual, lo único que quiero es superarlo, seguir adelante. 

Aunque esté encantada con todo lo que tengo ahora mismo en mi vida, siento que me falta algo. Y ese algo ya no eres tú, pero sí lo que sentía contigo. Ese temblor de voz, el sudor en las manos, los tímidos besos en la mejilla. Todo eso lo echo de menos, y no tendría que ser así. 

A las personas que me preguntar que qué coño hago aquí sentada, no sé que decirles. Sé que estoy de esta manera porque así lo he decidido yo, pero hay momentos en los que una no tiene que luchar más. Simplemente darle tiempo al tiempo, y que todo se asiente. 

Porque, ¿qué sería la vida sin rayadas nocturnas? 
Porque, ¿qué sería la vida sin desamor? No tendría sentido alguno.

Para pasar por lo mejor, hay que probar lo peor.


Gracias por esas cosas que no se pueden contar.

Hoy es un día muy importante para ti y me hace especial ilusión compartirlo contigo.

Desde que estamos viviendo juntas nuestra amistad ha ido creciendo poco a poco, y estoy segura de que va a seguir siendo así.

Me encanta...
Que seas mi cómplice de bromas y mentirijillas.
Que seas mi compañera incondicional en todo, y cuando digo TODO, es en todo.
Que seas mi apoyo, mi hombro donde llorar y últimamente el eco de mi risa.

Sé que no te gusta nada que te escriba esto pero es mi forma de decirte gracias. Gracias por esas cosas que no se pueden contar, porque eso es lo que más valoro.

domingo, 2 de febrero de 2014

"No, no me voy a callar".



Parece ser que en este país hay que mantener la boca cerrada, los ojos vendados y los oídos tapados para hacer feliz a Rajoy. Sí, sí; ahora se dedica a mandar callar a Rubalcaba. Y no es que yo defienda al socialista, es que defiendo la libertad de expresión y me parece vergonzoso que un político mande callar a otro. Está claro que no solo quiso silenciar sus palabras, sino que nos quiere callar a todos, seamos de izquierdas o derechas, vascos o madrileños. 

¿Quién puede tragarse su opinión acerca de lo que se está haciendo en este país? Yo no acudo a manifestaciones, ni soy fiel a ningún partido, pero obviamente tengo mis propias ideas. Y nada de lo que estoy viendo me gusta; de hecho me da mucha vergüenza que en mi carné de identidad ponga España. ¿Sabéis por qué? 
Porque me repugna que miles de pensionistas estén perdiendo su poder adquisitivo. 
Porque me asquea que solo gracias a un milagro, los estudiantes logren tener una beca.
Porque me abochorna que miles de enfermos tengan que comprar medicinas con dinero que no tienen.
Porque me sofoca que los inmigrantes vayan a quedarse sin tarjeta sanitaria.
Y, porque entre muchas otras cosas, me llena de rabia que las mujeres tengamos que vernos sometidas a leyes tan arcaicas como la del aborto.

Por todo esto y mucho más no podemos callarnos, agachar la cabeza o rendirnos. Un cambio es posible, y no podemos dejar que lo que los políticos honrados han logrado se quede para el olvido. Hay que seguir defendiendo la igualdad entre hombres y mujeres, blancos y negros. Hay que seguir apostando por la sanidad y educación pública. Y ante todo, hay que recuperar a la clase obrera y sus valores.

No sé vosotros, pero YO NO ME VOY A CALLAR.