domingo, 26 de mayo de 2013

"Sigues empeñado en ser mi amigo".

"Caigo y me vuelvo a caer,
sobre el color de tu piel,
noche tras noche un adiós,
no lo acepto,
comprendo que como amigos mejor".

Qué complicado esto de la amistad, ¿verdad? Es incluso más difícil de comprender que el amor. Y ni qué decir cuendo mezclas los dos sentimientos, en un mismo cuerpo.
Esos labios que de día te besan en la mejilla, y durante la noche se funden con los tuyos.
Esas manos que de día rozan tus hombros, y por la noche te rodean la cadera.
Sí...Todos hemos tenido un amigo así, que ni es amigo ni es nada.
Se confunden sentimientos mezclados con celos irracionales.
Se confunden miradas y sonrisas mezcladas con mentiras y medias verdades.
Es difícil ponerle fin a relaciones como estas, ya que son...
Las más intentas.
Las más excitantes.
Las más peligrosas.
Es difícil porque terminarán los besos en la madrugada, el agarrarse las manos debajo del mantel.
Terminará el quedar a solas con esa persona por el miedo a volver a caer entre sus brazos.
Y lo peor es que empezará la rutina, la normalidad que nunca antes teníais.
Os trataréis como desconocidos.
Estaréis fríos y contenidos.
Pero como dice Malú...
"Sigues empeñado en ser mi amigo".

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